De momentos sin fin…

Se acaban aquellos días inciertos, irreales. Pensar en ti me viene a la mente, pero tan pronto sucede te siento, te amo y te deseo. Aquella vez recuerdo que el cielo nos cayó encima, dando ese toque de misterio e incertidumbre, y las horas se hicieron cortas, los minutos largos y los segundos imprecisos. ¡Y ni hablarte de aquellas milésimas de segundo que cayeron en el olvido! Momentos sin fin, fines sin momentos. Parecía como aquella primera noche en que te vi. Mis ojos miraron, mis oídos escucharon, mi cuerpo tembló. El momento se hizo uno y uno fue el momento en que te vi y me dije que eras la única que quería, la única que sentía, la única, y última…primera, segunda, tercera…como lo quieras, cuando lo quieras. Me perdonaste por no dejar de amarte, y me invitaste a amarte otra vez. Aquel momento si tuvo fin, pero no fin de final, sino fin de motivo, el motivo de ser feliz.

[…Morir de amor, vivir del odio, sentir lo cuerpos, cambiando rostros…] F.O.

La Hora…

Manos que toman lo que no les pertenecen, miradas escondidas, palabras entredichas. Llegará la hora en que la luz iluminará aquellas cabezas repletas, dejando en la oscuridad aquellas vacías; llegará la hora en que mentes de gente dirigirán tus designios; llegará la hora en que este pedazo de tierra, será tierra de felicidad, llegará la hora, tú hora…

[…Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia…] S.R.

Leyenda de los dos Amantes | Silvio Rodríguez

Como tiernas babosas de la campiña

ella y él se enroscaron húmedamente

y el dejó de ser hombre, como ella niña,

para ser uno sólo completamente.

Desde todos los puntos que los juntaban

se saborearon tanto y con tal delicia,

que las horas de vida que les quedaban

decidieron pasarlas en la caricia.

A menos de un suspiro del tibio abrazo

el resto de la historia se debatía

en átomos, galaxias y otros acasos

que encontraron certeza justo aquel día.

Y se hicieron leyenda los dos amantes

enroscados eterna y húmedamente.

Nada pudo tocarlos detrás de guantes.

Sólo pueden saberlo los igualmente.

La melodía decente

Atrapado en el momento, escuchando la misma canción, caminando la misma calle, el mismo perro hurgando en la basura, el carro rojo en la calle, la mujer y el niño en la acera, ¿será lo mismo otra vez? Sigo mi camino, miro a mi alrededor, me lo recuerdo otra vez: ojos para ver, oídos para oír, boca para hablar… ¿Sería posible cometer el mismo error? La capacidad de cambiar las cosas reside en mis manos, manos de cristal, de hierro, de hueso; que me permiten construir y destruir. Quizás todo lo que se está mal, pero la parte más fácil es caerme; lo difícil es aprender a levantarme. Es hora de buscar mi melodía decente…

[ Melodías, difíciles de escuchar, melodías, difíciles de encontrar; he de sentir tu magia escondida, mientras pasen los días, mientras más te busque, melodía escondida ]

Lluvia…

{ Y que fría es la lluvia,
mas cuando comienza, que cuando termina
más cuando cae en tu cara, que en tus manos
más cuando no estás, que cuando te tengo }

No (II)

Aquellas historias eran magnificas. Solíamos empaparnos las manos en aguas cristalinas, instigados por el toque sensual de tus dedos; embriagado, sosegado…solía ver tus ojos penetrantes tras cristales húmedos y ofuscados. Pensé que era la lluvia, nadie más que ella, la que nos unía, brotando de aquellas que están arriba, mojando, salpicando y empapando. Pensé que era la lluvia que mojaba tus besos, que limpiaba mi alma. Pensé que era la lluvia…

{Aquella vez te sentí tan mía, tan tuya, tan nuestra
como arcoíris sin fin
Pero no, no era así, fuiste la lluvia de mi alma }

{ Los Amantes }

¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.

Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.

Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.

Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.

        [ Julio Cortázar ]

Nocturno

{…Unos pocos, otros tantos,

Aquellos menos, cuanto más hablo,

Vuelos nocturnos, pernoctando en tu pecho,

Miradas graves, palabras llanas,

Toques perversos, azules sin cielo ni mar,

¿Serás tú? No, no lo eres,

Sólo tu toque enciende mis mañanas,

Solo tu toque eleva mi alma…}

f.e.o.v.

Quiere. Pedro. Guerra.

[ quiere que no midas cada paso
quiere que no des pasos de más
quiere que la quieras
y le enseñes dónde queda
la felicidad
quiere que la abraces y la calmes
quiere que la dejes descansar
quiere que sonrías
y le cures las heridas
de la soledad
quiere todo el tiempo
para respirar
y que respires
tiempo para dar
cuidar
cuidarte y que la cuides
tiempo
para amar tu amor
amar su amor
llamar armar
y amarte amor
quiere que le des espacio y tiempo
quiere que le cuentes tu dolor
quiere que la quieras
y encender como una hoguera
toda su pasión
quiere que la amarres a tus besos
en el paladar de tu sabor
quiere que sonrías
y sentirse protegida
de tu corazón
quiere todo el tiempo… ]

El valor

¿Tendrás el valor de decirle la verdad? Ese camino largo y oscuro que tomaste, ¿te lleva a la verdad? Tu corazón cobarde y dolido, perdido en la metafórica lucha incesante de titanes, hundido en el mar de la angustia, acompañada por la soledad, vil y silenciosa, atenta y sagaz. ¿Tendrás el valor? Iniciar de nuevo, emprender nuevos caminos, llevar tu alma por senderos iluminados sólo por la luz que despides, ¿será suficiente? El corazón tiene ilusiones, la mente tiene razones. Al final lo único que importa es si de verdad tienes el valor.

[ ¿Dónde te escondiste?
Guiabas mi corazón, marcabas mi camino
¿Y ahora donde estas?
Sólo entre siluetas estás, confundido
Pero es allí dónde te encuentro ]

F:O.