Neko

En el mismo trayecto del Sol...

"...en todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario: el mio..."

26.2.07

A ver...

A ver si te veo, siendo fresca como brisa de azucenas que cae de los montes, como infusión de manzanilla que limpia la incertidumbre, que borra el olvido.
A ver si esta media luna que atraes con tus besos ilumina la oscuridad que envuelve entre sus garras mis anhelos de un amor que inspire mis mejores versos.
A ver si veo tu sonrisa, que como sol radiante impregna de luz mi alma, presa de mil temores, “mil preguntas y un por qué”.

A ver si te veo en este vacío, profundo, inmenso y voraz, que aunque finjo que no existe, transforma mi vida en un infierno abismal.
A ver si veo en tu felicidad canciones de amor, simplezas de una vida que hacen que seas el otro lado del mundo para mí.
A ver si vez en mi un cielo resplandeciente, lleno de colores, y en el medio un corazón formado con palabras de amor.
A ver si eres feliz, con tu roja sonrisa de dulce aroma, y confundes tu vida con la mía, que el minuto es escaso y se esfuma entre miedos y temores.

15.2.07

El mundo de colores...

Miraba a su alrededor. Las palabras no solo tenían una forma, tenían colores que la acompañaban, cada letra tenía su brillo. Pero también los sonidos le llegaban de una manera distinta, con colores que resaltaban cada nota que estaba plasmada en el pentagrama. La vida le había negado ver, pero el alma logra lo que el cuerpo no puede.

De pronto, como un fugaz encuentro entre el sol y una gota de agua, vio el mundo de colores, ese mundo espléndido lleno de lagos rojos y ardientes, mares azules, montañas verdes e inmensas. Y en aquel momento vio lo que más le impresionó. El crepúsculo que en su punto álgido se torna de un rojo sangre y que da la impresión que el sol muere, solo para nacer otra vez el día después. Sintió que estaba en el mismo trayecto del sol, y lloró. La música agudizó sus sentidos. Y lo que sus ojos no veían, su alma lo sentía…

10.2.07

Chispas...

Hay momentos en la vida que parecen sueños. El tiempo se detiene a tu alrededor, desaparece cada habitante de la faz de la tierra, la respiración se corta, los músculos se tensan, la estática eriza tu cuerpo. Sientes como si fuegos artificiales hicieran su magia a tu alrededor, y al final te das cuenta que emanan de ti, iluminando la noche perfecta.

Y cuando llega el momento del climax, el viento deja de soplar, las olas del mar se detienen, el mundo deja de girar, el momento se convierte en un idilio colmado por la aurora de un toque delicado y tierno que acaricia la idea de un momento único. Un corto instante que embellece el boceto de nuestra breve vida. En instantes como ese solo se me ocurre decir: yo vi chispas, ¿y tu?...

7.2.07

Algunas cosas en la vida (XVIII)

El había muerto. Su vida se había esfumado como el agua entre las manos. Y no había nada más que hacer. Ella lloraba desconsolada en un piso del hospital y pensaba en lo injusta que es la vida. ¡Oh vida! Me quitas lo que mas quiero cuando más lo necesito...Ella había vivido por primera vez lo que era necesitar de alguien, para existir, para vivir. Sentir preocupación por ese ser amado que todo lo es. Pensó en Dios y dijo: ¿Quién te crees para quitarme lo que me da vida? La vida era injusta.
Caminó hasta el puente, sumida en llantos. Se subio en la baranda y miró hacia abajo. El vacío. Sintió el vertigo de aquellos que quieren sentirse caer, de aquellos para quienes la vida es un constante subir y bajar, halar y soltar. Miró a su alrededor y el mundo se detuvo por un segundo. Abajo de ella el río voraz que la llamaba como un amo llama a su esclavo. Se tiró. Y en quince segundos vió la vida detrás de ella, y la muerte delante. La muerte fue instantanea. Y sólo sobrevivió el amor. El amor infinito hacia el ser querido. Son muchas las cosas que pasan en la vida, pero sólo por algunas vale la pena morir...