Algunas cosas en la vida (VII)

Se había dormido. Soñaba con grandes bosques, él iba corriendo, sintiendose como un preso reencontrandose con la libertad. De un momento a otro el bosque se torno oscuro y brumoso. Ella apareció con sus cabellos rojos y su temple calmado, él le pidio que lo salvara, ella sólo lo miraba.

¡¡CODIGO AZUL!!. Doctora, parece ser un ataque epiléptico. Ella vió como movia sus brazos involuntariamente, inconsciente. Normalmente no se hubiera preocupado ya que es una enfermedad curable, pero en un paciente que acababa de tener un ataque al corazón era algo a lo que había que prestarle atención. Calmenlo, y llevenlo inmediatamente a hacerle una tomografía y un electroencefalograma. Ella inspiraba calma. Pero en realidad estaba sumamente preocupada. Toda su vida había sido como una paloma: no soportaba la soledad, solía mirarse al espejo cuando estaba sola en su casa. Necesitaba alguien que cambiara eso; alguien que la ayudara a entender aquella maravillosa cosa que a veces sentia cuando estaba cerca de ese paciente. Pensó. ¡Bendito el lugar y la razón de haber estado en aquel restaurant!. ¡Bendito el reloj que les marcó a los dos la misma hora!.